sábado, 25 de abril de 2009

Esta es una historia que escribi en 3ro medio con la que sque el primer lugar en el concurso literario d mi liceo, espero que les guste ^^




El pianista o soneto de medianoche

La sala esta completamente oscura, se oyen algunos murmullos, todos están expectantes, las luces se prenden, la sala estalla en aplausos, en el escenario esta él, sentado frente al piano, se acomoda los guantes, se pone en posición y comienza a tocar, con los ojos cerrados sus manos se deslizan por el teclado, es impresionante verlo, mas aun oírlo, en la sala ni el mas mínimo ruido, solo las notas musicales se mueven y vibran a velocidades a veces increíbles y otras lentamente como si quisieran grabarse en la memoria, suben y bajan de tono sin perder nunca la intensidad, y no me refiero al volumen, que algunas veces es tan alto que asusta y otras tan suave que hay que afinar el para poder percibirlo, no, me refiero a eso que va mas aya de simplemente el pulso, el ritmo o el acento, la pasión que él impregna cada nota, la forma en que toca como si fuese la ultima vez que le entrega al publico todo lo que siente a través de la música... y quizás lo es... Sea lo que sea, sea como sea el publico lo percibe, instintivamente cierran los ojos y se entregan al placer de escuchar, en cada uno se despiertan sentimientos encontrados, por las mejillas de muchos se deslizan lagrimas que estos no intentan ocultar. La música cesa, pero quedan aun notas vibrantes suspendidas en el aire, el silencio es absoluto, de pronto alguien se percata de que el concierto a terminado, se pone de pie y comienza a aplaudir frenéticamente, el resto del publico lo sigue y las ovaciones duran bastante mas de lo acostumbrado, ¡Por primera vez todo sale a la perfección! Pero es quizás demasiado tarde... Al cabo de un rato el teatro queda completamente vació, en el escenario solo él con el piano, ¡Qué estúpidos son todos! Solo es su música lo que los atrae, a nadie le importa quien es o como se llama, él es solo el pianista y con eso les basta, si se hubiesen fijado bien habrían visto como lloraba, si se hubiesen acercado abrían notado el nauseabundo olor a alcohol, él estaba completamente borracho y nadie se percato de ello...
En la sala la iluminación es baja, el toca una melodía muy suave, de pronto se sienten unos aplausos cuyo eco se multiplica por mil en el teatro vació, el deja de tocar.
-"Toca otra vez viejo perdedor, haces que me sienta bien, es tan triste la noche que tu canción sabe a derrota y a hiel..."- Una mujer camina por entre las butacas del publico, se ve muy mal, sus ojos enrojecidos por el llanto, y una pistola en la mano derecha - ¡Si toca! que eso es lo único que sabes hacer bien, si claro, y beber también ¿no? Nunca fuiste lo suficientemente hombre como para enfrentar los problemas- Él permanece callado, no sé si no sabe que decir o esta demasiado ebrio cómo para entender - ¿Pensabas que no vendría?, Pues aquí estoy, solo quiero darte lo mismo que tu le diste a nuestro hijo que no fue exactamente amor, si no muerte –La mujer espera una respuesta pero el parece ido - ¡Tu maldito mataste a nuestro hijo, no tienes perdón de Dios! – Ella llora y apunta con la pistola al pianista, su marido, ella llora, en realidad no es capaz de matarlo a sangre fría, sus manos tiemblan - ¡Nunca, ni siquiera en la otra vida te perdonare lo que hiciste! – Ella lleva la pistola a su cabeza... se escucha un disparo... ella cae al piso. Por el rostro del corren mil lagrimas, se apoya en el teclado del piano produciendo un estridente sonido.
- Yo no le mate, estaba lloviendo, la pista resbalosa, él dormía en el asiento trasero, yo no lo mate, era mi hijo, se me cruzo un camión he intente esquivarlo, el auto rodó cuesta abajo, yo salí de el cómo disparado, por un momento no supe de mí al despertar intente acercarme al auto, mi hijo estaba adentro, lo mire, me vio, ayúdame Papá fue todo lo que dijo, el auto estallo en llamas, yo no pude hacer nada -.
Pero era demasiado tarde, ella ya estaba muerta y no iba a perdonarlo, prometió no perdonarlo, él... simplemente no podía mas, lo mejor era la muerte, lo sabia, estaba terriblemente ebrio y así salió del teatro, camino hasta su casa, pese a que esta quedaba a mas de 20 cuadras, en una botillería cercana compro una botella de whisky que abrió de inmediato y comenzó a beber, pero luego se detuvo un instante y cerro la botella, era mejor dejarla para después, siguió caminando, llevado por no se que fuerza ya que sus pies apenas si lograban seguir una línea y sus ojos no podían ver mas allá de un metro de distancia, las lagrimas lo segaban, el mareo era insoportable, aun así logro dar con esa casa, la que alguna vez fue su hogar y que ahora seria... ¿Su tumba?... Se detuvo ante la reja y miro hacia el jardín, que en otro tiempo estuvo lleno de flores, pero que ahora solo tiene hojas y ramas secas regadas por todas partes, mira entonces detenidamente la casa, que era en realidad un antiguo caserón de estilo colonial, mas o menos cerca del centro de la ciudad, no estaba nada mal, la mayor parte de la construcción era de madera, madera con mas de 100 años de historia, madera vieja, madera mohosa, madera vieja y roída, perfecta para... ¿Para que?... Se preguntaba él, un incendio quizás... quizás.
Entonces entro decidido a la casa, con esa decisión de borracho seguro de no querer nada mas con la vida y dispuesto a cualquier cosa... En la cochera estaba su auto, le hizo un agujero al tanque de gasolina dejando que esta escurriera por todas partes, luego tomo unos bidones de parafina que estaban en un rincón y comenzó a rociar toda la casa, su pieza, la que era de su hijo, las camas, los sillones y alfombras, las paredes, todo, todo menos el piano, al lado del cual hizo una especie de circulo, (era increíble la exactitud con que hacia esta maniobra, tomando en cuenta el estado en que se encontraba) Luego de esto se dirigió al baño y se dio una ducha con el olor de la parafina pegado en su nariz, se vistió con su mejor traje y volvió al salón del piano evitando pisar la parafina, se sirvió una copa de whisky y con su encendedor le prendió fuego a su casa, y haci, entre llamas comenzó a tocar su melodía favorita: "Soneto de media noche"...
Las llamas pronto comenzaron a crecer y a devorarlo todo, arremolinándose a su alrededor, el humo era irrespirable, pero el pianista parecía inmune, ajeno a todo esto, sus manos se deslizaban seguras, expertas por el teclado del piano, todo parecía una historia de terror, él, solo, tocando una pieza musical bastante tétrica, aunque no dejaba por esto de ser dulce, en medio de las llamas que a su alrededor intentaban consumirlo, como loco, poseído, dejando la vida en aquel maldito piano, mientras afuera, la gente se detenía a ver el espectáculo, como en un cine o un teatro, hipnotizada (idiotizada) por la música y las llamas, adentro, el comenzaba a cerrar los ojos, quizá por la borrachera o el humo o quien sabe que, él intenta resistir a este sueño fatal, pero no es capaz y cae sobre el piano produciendo un horrible sonido que acentúa la sensación de estar en una película de terror...
* * *

Después de un rato él vuelve en si, esta confundido ya que en ves de estar apoyado sobre el piano se encuentra recostado sobre una cama, no quiere abrir los ojos, por que teme estar alucinando pero a pesar de todo aun siente calor, el calor de las llamas abrazándolo, mas el humo parece haber se desvanecido, de pronto, afinando el oído, escucha una respiración a su lado, no puede ser, se levanta como impulsado por un resorte y mira la cama, su cama, no entiende nada, entre las sabanas esta ella, duerme tranquilamente, no es posible, ella esta muerta, el la vio morir, ella en tanto bosteza y mira a su marido
- Mi amor regresa a la cama ya son las 4:00-.
- te te tengo sed, voy a ir a tomar agua -. El no sabe por que le contesta eso ni por que su mente le juega esta horrible broma, el humo- piensa él – debió trastornarlo, y esto no es mas que un mal sueño, una pesadilla, él quiere despertar, sale de la pieza intentando no hacer ruido- ¿para que si ella es un sueño?- y de pronto lo recuerda, ¡su hijo!, Corre hasta la pieza de este, el pequeño duerme, pero en cuanto el se acerca este despierta, el pianista comienza a llorar desesperadamente, el pequeño se levanta y lo abraza:
-¿que té pasa papá, Por que lloras? -.
- No te preocupes hijito no es nada- ¿por qué miente si sabe que es solo un sueño?- mi niño, solo quiero que recuerdes que te amo mas que mi propia vida y que si tu y tu madre me faltan yo me moriré
- papá que quieres decir, aquí nadie morirá, estamos todos bien- el pequeño no entiende y es que tiene solo 7 añitos, como podría comprender
- Mi niño, será mejor que te duermas, mañana nos encontraremos juntos otra vez en un lugar más lindo que este, duérmete – él lo besa en la frente, lo tapa bien y sale apresuradamente de la habitación -.
Por que su mente le hace ver a las dos personas que más ama, habrá muerto el también y este es su propio purgatorio, no, solo es un mal sueño del cual desea despertar, no es real, no puede ser real ya que aun es capaz de sentir ese agónico calor de las llamas rodeándolo, llora, llora como un niño y se acurruca en un rincón que hacer, que hacer, el tenia desde pequeño esa extraña habilidad de estar soñando y tener conciencia de ello mas nunca aprendió a salir de sus sueños a voluntad, y el calor cada vez era mas fuerte, se levanto y se dirigió al bar, tomando un poco de todo, ron, pisco, vino, whisky, ya estaba borracho nuevamente, pero no era capaz de Despertar, Agua, penso, y se dirigió al baño, se desnudo, notando que de pronto su cuerpo estaba lleno de ampollas, se metió a la ducha, dio el agua fría,-¡ maldición!- fue como si le hubiesen tirado un balde de ácido en el cuerpo, le ardía, eran las llamas, lo sabia, ya estaban alcanzando su cuerpo, se vistió rápidamente y se dirigió al salón del piano, busco lápiz y papel y comenzó a escribir una carta de despedida para su esposa he hijo, no sabia la razón de hacerlo, quizás, por que siempre había creído que los muertos se comunicaban con nosotros a través de los sueños, sea cual sea la razón, en esa carta les pidió perdón por todos sus errores, perdón por la muerte de ambos, perdón por prenderle llamas a su casa, prometiéndoles que quizás en un rato mas podrían reuniese todos en el cielo... o el infierno... Se dirigió entonces al cajón de su escritorio y tomo la pistola que allí guardaba, le coloco el silenciador - nuevamente me pregunto por que si es un sueño - y se dirigió al piano, se sentó en su silla, apoyo la pistola en su estomago y se disparo, luego la tiro a un rincón y comenzó a tocar nuevamente el soneto de medianoche, mientras se desangraba y seguía sintiendo el calor que lo rodeaba, cerro los ojos y guío así sus manos por el piano...

* * *


De pronto la nariz comenzó a picarle, sintió como el humo ahogaba sus pulmones, sonrío y abrió los ojos, las llamas lo rodeaban y comenzaban a quemar su ropa su piel, pero el no sentía ya dolor, miro su estomago y como lo había sospechado no existía ninguna herida de bala, había despertado completamente y así siguió tocando, y siguió, y siguió hasta que poco a poco su vida era consumida, murió ahí, frente a su piano, con la sonata de medianoche aun vibrando en el aire, todo era cenizas, el murió como lo deseaba, con ese maldito piano como único testigo de su agonía.
* * *


Después de muchos años me he decidido a escribir esta historia, la historia de mi padre, el pianista, que hace veinte años atrás se suicido un disparo en el estomago. Mucho tiempo demore en lograr encontrarle un sentido a las frases que me dijo esa noche cuando solo tenia 7 años de edad, y más aun me costo comprender esa carta que nos dejo a mí y a mi madre el día de su muerte, intente atraves de esta historia construir lo que vivió mi padre esa noche en que la locura se apodero de su ser quitándole la razón y la vida. Lo encontramos muerto a la mañana siguiente, ninguno de los dos, ni mi madre ni yo, oímos ese fatal disparo, pero si escuchamos esa antigua sonata que mi padre solía tocar, esa sonata que lo enloqueció y que e llegado a creer que esta maldita, tanto como ese piano que a la semana siguiente de la muerte de mi padre quemamos mezclando las cenizas con la tierra de su tumba, no queríamos ya nada que nos recordara esa fatal noche mas en mi mente siempre quedo gravada esa ultima imagen de mi padre llorando a los pies de mi cama...
No se que fue lo que te enloqueció papá pero quiero que sepas que tu hijo nunca te olvido y aun pese a todo lo que sucedió te ama y quiere.

Con cariño tu único hijo.

Adiós papá.
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Ojala les haya gustado ^^

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